Destacar en la sociedad red requiere generar atractividad y, en el caso del comercio urbano, en todas sus variantes (tienda de barrio, mercado municipal, bulevar, centro comercial, supermercado,...) supone aportar valor diferencial.
Y es que en la sociedad red los parámetros clásicos de análisis como dotación comercial, demanda o espacio comercial,... ya no son suficientes para predecir la buena marcha de un negocio.
En la sociedad red ser competitivo supone poner en valor aquello que se quiere vender porque el tiempo es oro!! y nuestros clientes no lo van a desaprovechar, sobretodo en la compra de servicios considerados como básicos como la alimentación, por ejemplo. El acto de compra debe ser vivido como una inversión de tiempo y no un gasto.
El comercio comercio urbano debe tomar consciencia de la intensidad del parámetro tiempo en la vida de nuestros clientes y transformar su percepción con respecto el tiempo dedicado a las compras cotidianas como un tiempo disfrutado y no obligado. En definitiva: el comercio urbano debe generar experiencias y evitar la mera venta de mercancías ya que, en la sociedad red, se compran ideas.
Es momento de integrar la intensidad del parámetro tiempo de la vida cotidiana y la generación de experiencias de compra en la estrategia comercial. Integrarlos permitirá al comerciante o paradista compensar la elasticidad en la demanda de sus productos, especialmente si son fácilmente sustituíbles por otros, o por otros comercios que ofrezcan el mismo producto.
¿Cómo se puede conseguir ese giro? pues potenciando rasgos diferenciadores y teniendo muy en cuenta el perfil de consumidor que se quiere atraer. Debemos conocer sus deseos, necesidades y contextos de relación de tal forma que podamos generar una experiencia de compra agradable, divertida también!!!, ya sea por el producto que se vende, por el servicio que se ofrece, por el canal de venta, o por el mix de todas las variables mencionadas.
Es momento de adaptar al máximo los horarios comerciales al target objetivo así como incorporar elementos que faciliten la compra como: entrega a domicilio, compra online, servicios de aparcamiento de "guardería", tematización del área comercial (hacer de ella un juego, por ejemplo..) y, algo muy importante si tratamos de dar valor añadido a productos de origen agrario: informar más allá del etiquetaje como hablar del origen de los productos, comparativas de huella de carbono - sobretodo si nos proveemos de productos de proximidad -, fotos de los productores con su facebook o blog incluso (detrás de las mercancías hay personas con historias), etc.
En definitiva: cuéntame qué compro o hazme descubrir que vendes. Genera experiencias y obtendrás mejores cuentas de resultados.
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